Hay días en los que ni yo sola me aguanto.
Parte de las lecciones de'esta vida reciente.
Hay días, en los que yo
ni sola
me aguanto.
Y hay días
en los que yo
sola
no me aguanto.
Hoy es un día de'esos,
en los que la alegría y la vida quiere explotar.
Porque nos reconocemos juntes,
hermanes,
tranquiles, fuertes y constantes.
Malagradecida he sido en mi recaída de un sistema capitalista
A veces me da golpes
y me deja en el suelo
A veces,
precisamente,
del suelo es que me levanto.
La tierra es mi colcha.
A veces mi almohada.
Siempre mi suelo
para seguir en la marcha.
Declaré mucho tiempo esta tierra mi favorita
La desilusión de sus colonizaciones me revolcó su justo momento.
Hoy
El lago me devuelve.
La vida se afirma
Y las ilusiones persisten.
La diferencia es que aquí los frutos se ven.
de Gente que cree diferente.
de gente que vive distinto.
de gente que ya hace de la vida aquello que algunes a veces sólo soñamos.
Aquí no hace falta ni el fuego para crear círculos compartidos.
La comida, aunque nadie tiene por montones, circula en bella abundancia.
El agua rejuvenece.
Yoga dentro del lago me resolvió hoy mil conexiones.
La vida, bella como ella sola, se me va armando.
Lo que vi en un pueblo y dejé como pendiente, hoy bajo el manto de la tarde-noche se me resuelve.
Si vibramos abundancia, entrega e intuiciones, la vida misma nos hilvana soluciones.
San Marcos.......siempre tan ¡dadivoso!
San Juan....una bendición tz'utujil.
Hoy caminaba por el pueblo y entendía un poquito más estas construcciones.
La cordialidad de la cultura maya entre estos fuegos se enaltece.
La sonrisa debajo de los coloridos güipiles está lista para encenderse.
Hoy una señora nos defendía ante otra; entre quetzales y aguacates, los ojos nos permiten seguir hablando. No me hace falta comprender cada sonido, gutural o con CH, para entenderles la intención que llevan en su calma.
Llegué donde Merlín sin poder andar mucho ya. Salgo de donde Merlín casi corriendo irresponsable, pero felizmente, en una pata.
Sabía que una herida en un punto de apoyo tan importante no podía, jamás, ser medianamente insignificante. Con muchas cosas revueltas - o tal vez ojalá hasta resueltas - hoy reafirmo sobre mi pie de apoyo, el derecho.
en el pueblo tz'utujil me ofrecieron una medicina y yo lo que tomé fueron sus hierbas y su piscina.
En San Marcos nos ofrecieron casa y abrigo, yo lo que tomé fue el vibrar de su cocina.
Una se vitaliza. Se llena de vida.
Toma un respiro, hace una pausa, y sigue el camino.
Doy gracias al Cielo, el universo, la Luna y el fuego por poder partir mañana con un poco menos de ego.
Doy gracias a la tierra, a la gente y a la naturaleza que puedo caminar hoy con mucho más sosiego.
Doy gracias a la noche por esta gente tan bella que tras tambores, sonrisas, círculos y caricias nos ponen al camino con convicciones hechas realidades.
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