Le pedí a mi cuerpo que aguantara hasta mañana...
Llevamos semanas en éstas
Cuidándome y descuidándome la esencia
pura y natural
de un cuerpo de hueso
y alguna manteca con carne
Le pedí al cerebro que parara
A veces pudo
Muchas veces no le dio la gana
Le pedí a la vida que me apañara
Me cacheteó
Y luego me tendió la cama
Le pedí al cuerpo que revitalizara
Me dijo que no
Que hoy es tiempo de descanso
de ser feliz
De estar conmigo un buen rato
Lo que pasa es que apuesto que Beckett no tenía una esposa que, cuando llegaba a la casa, le dijera que su intento no había sido lo suficientemente feminista
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